A primera hora nos encaminamos hacia Mariposa Grove, uno de los enclaves del Yosemite donde hay un bosque de sequoyas gigantes. Entramos nuevamente en el Parque Nacional y los primero que vemos es una indicación de que el parking de Mariposa Grove ya está completo que debemos coger un autobús lanzadera en Wawona Hotel.
Dicho y hecho: en 20 minutos la lanzadera nos lleva a Mariposa Grove. Hay un tranvía turístico que te hace toda la ruta, explicación incluida. La otra opción es un buen pateo. Todavía pesa en nuestras piernas la ruta de ayer en Yosemite y además queremos llegar lo más temprano posible a Carmel, pueblo de que tenemos buenas referencias que merece visitarlo. Así que cogemos el tranvía. No es que no encante ese medio de transporte pero al menos vamos sentados y escuchando una explicación en español. De vez en cuando paramos para hacer fotos y tenemos un par de paradas. En una de ellas decidimos echar pie a tierra y hacer el resto del camino por nuestra cuenta ya que nos apetece caminar entre esos árboles gigantes. Es un descenso suave y en media hora llegamos al parking. Aprovechamos para comprar unas semillas de sequoya. A ver si salen...
Ya en el coche enfilamos hacia Carmel atravesando California de lado a lado. Otra vez esa sorpresa de ver que ese Estado no es, ni mucho menos, un vergel. Vemos plantaciones interminables de frutales regadas por agua del subsuelo. Mientras dure e agua, claro.
Por fin llegamos a Carmel. Vemos un letrero que dice “scenic road” y tiramos para allá. Efectivamente aquello merece la pena: una primera línea de playa con casas de ensueño y una playa semisalvaje. Lástima no tener más tiempo para patear la zona.
De allí nos dirigimos a la “17 Miles Drive”, una carretera privada que recorre la costa entre Pebble Beach y Pacific Grove en la península de Monterrey. Está bien, quizás para ir con más tiempo. Y es que está ya anocheciendo. De todos modos nos gustó mucho más Carmel.
Cuando salimos de la “17 Miles Drive”, el navegador hace un cuelgue y se pierde. Lo reiniciamos varias veces y nada, sigue colgado. La madre que lo parió..., es de noche y tenemos que llegar a San Francisco. Con lo bien que nos ha llevado todo el viaje. Ya en España descubrimos que la batería se había muerto y por eso no funcionaba bien. Intentamos que funcione otro navegador (este de gañote) que llevamos en la tablet, pero nada de nada, tampoco anda, aunque al menos se ve un buen mapa detallado de California. Así que con un mapa tradicional y el de la tablet, Salud haciendo de guía y algo de suerte, llegamos al hotel de hoy: un Travelodge cerca del aeropuerto. Como nos esperábamos este es el peor de todos de los que hemos estado en esta cadena. Menos mal que solo lo vamos a usar para dormir.
Creado por Juan Campllonch