Día 6 de junio de 2013.
Williams-Gran Cañón.
Hoy nos toca nuestro primer Parque Nacional, el Gran Cañón del Colorado. Ahí es nada, para empezar nuestro tour por los Parques Nacionales del Oeste americano.
Tenemos que estar en el helipuerto a las 9’30 h. , así que toca madrugar un poco. Un pequeño despiste del navegador nos hace perder algo de tiempo pero finalmente llegamos a la hora.
Nos toman nota, nos pesan y nos pasan a una sala para un breve “briefing”. Tras ello directamente al helicóptero. Salud, como siempre, tiene suerte y la sientan en la cabina del piloto. Lo va a ver todo mejor que nadie. Suertuda...
Arranca el helicóptero, sube y a través de un bosque de pinos nos acercamos a esa gran hendidura que llamamos el Gran Cañón. Poco a poco se va haciendo más cercana y de repente ¡¡¡ zas !!!, te ves colgado allí en medio a más de mil metros de altura. Es impresionante, más grande y majestuoso de lo que puedas imaginar. Es que vamos tan emocionados que hasta se nos olvida el vaivén del helicóptero. Hombre...moverse se mueve pero tampoco es para echarle mucha cuenta al “meneíto” teniendo en cuenta lo que ves debajo de tus pies. Atravesamos al otro lado del Cañón, la cara norte, y regresamos a la base. Total, casi una hora de vuelo que se nos ha hecho muy corta. Sin duda merece la pena el dinero que nos hemos gastado.
Acabada esta primera toma de contacto con el Gran Cañón, cogemos el coche y nos dirigimos a la entrada del Parque Nacional. Compramos el “Annual Pass” (80 $ estupendamente gastados) y buscamos un sitio donde aparcar cerca de donde tenemos nuestro alojamiento, el Yavapai Lodge.
Queremos movernos en los autobuses lanzaderas gratis que hay por todo el Parque, pero para iniciarnos vamos a hacer unos kilómetros del sendero que recorre todo el borde del Cañón, el trozo de va del Centro de Visitantes al Village.
A pesar de que en muchos tramos vamos a la sombra y de que el sendero es plano, hace calor. Pero merece la pena las impresionantes vistas del Cañón. Llegamos al Village y como es hora de comer buscamos un restaurante. Nada de nada en absoluto. Joder, yo me creía que aquello iba a estar “petao” de restaurantes y tiendas. Al final nos metemos en el Bright Angel Lodge y comemos allí.
Tras almorzar cogemos un autobús lanzadera que lleva por una carretera prohibida a los coches particulares. Vamos bajando del autobús de vez en cuando para ver los puntos de mayor interés.
A la vuelta decidimos buscar el coche y hacer el check in en el hotel para después irnos tranquilamente a ver la puesta de sol. Pero... ¿dónde está la recepción del Lodge? Damos varias vueltas con el coche y nada, no aparece. Al final de preguntamos a una persona que estaba por allí y nos indica el sitio.¡Vaya tela! A 25 metros de donde habíamos dejado aparcado el coche, pero con un cartel enano que no se veía.
Terminamos el trámite y en otra lanzadera nos vamos a Yaki Point, donde dicen que se ve el mejor atardecer. Bueno, no sabemos si era o no el mejor sitio pero recordaremos toda la vida ese atardecer.
Volvemos al hotel (que está muy bien) y tras tomarnos algo en la habitación nos tomamos un merecido descanso.
Creado por Juan Campllonch