Seguimos con el calor... Menos mal que tenemos nuestra fantástica neverita de corcho blanco de 3’5 dólares, la mejor compra que hemos hecho desde que llegamos a USA.
Salimos en dirección a la parte norte del Parque Nacional de Canyonlands. Un despiste nos obliga a hacer 50 millas de regalo. Joder, es que los carteles en blanco sobre fondo marrón de los Parques Nacionales son enanos y no se ven bien.
Entramos en el Parque y primero vamos a ver el Dead Horse Point, de propiedad privada, en el que teóricamente se paga una entrada. Pero hoy debía ser día de barra libre porque en la entrada no había nadie. Muy bonito el paraje, pero en medio le han metido una mina de potasio que se ve desde kilómetros. Lástima.
Seguimos hacia Island in the Sky, que esto si es Parque Nacional y cuando llegamos decidimos hacer una ruta por el borde del cañón, especial para vertiginosos. Menos mal que soplaba algo de viento porque el calor a mediodía era brutal.
Tras ello cogemos la ruta hacia el Valle de Goblin, tan bonito como desconocido. Prácticamente no había nadie, tres o cuatro personas mas aparte de nosotros. El Valle de Goblin es como un paisaje encantado, todo lleno de champiñones de roca y barro. Parece que van a salir los gnomos a pasear por allí. Un sitio muy curioso que sin duda merece una visita.
Y de allí a Torrey donde nos alojaremos en el Torrey Days Inn, un hotel muy mono en un pueblo muy bonito a la salida del P.N. de Capitol Reef., que por cierto no vimos por falta de tiempo pero por lo que sabíamos era un sitio de pateos salvajes... y calurosos.
Creado por Juan Campllonch