VUELO MADRID-SAN FRANCISCO
SAN FRANCISCO. VISITA Y SHOPPING
Nos levantamos temprano y nuestra hija Ana nos lleva al Aeropuerto de Barajas. De allí volaremos a Charlotte (USA) y desde esa ciudad americana a San Francisco, nuestro destino final.
Los consabidos trámites de check in y de seguridad ( algunos extras en este tema porque volamos a USA y ya se sabe...)
El vuelo a Charlotte transcurre dentro de la normalidad y llegamos media hora antes, pero nos hacen esperar en el avión porque en la Aduana no nos esperan todavía. Ver para creer...La primera sorpresa del viaje es que pasamos la aduana en el primer aeropuerto americano que pisamos. Creíamos que la pasaríamos en nuestro destino final, San Francisco
Desembarcamos y pasamos los controles de entrada en USA y la aduana sin problemas. Y como es normal otra vez tenemos que pasar los controles de seguridad. ¡Qué latazo!
Cinco horas más de vuelo nos llevan a San Francisco.
Cogemos las maletas y vamos en un monorraíl del aeropuerto al mostrador de Dollar, la empresa a la que hemos alquilado el coche. Vemos que el maletero es algo pequeño y pedimos cambiar de coche. Las pocas opciones que nos dan son malas y caras, así que al final nos quedamos con un Chevrolet Captiva que era el “similar” al Ford Escape que habíamos reservado desde España. Bueno... el coche está bastante bien. Es un todocamino de un tamaño razonable pero el maletero no tiene cortinilla para tapar el equipaje, algo que no nos hace gracia. El personal de Dollar chungo-chungo: ni la más mínima explicación de cómo funciona en coche. Toma las llaves y apáñatelas como puedas.
Primera prueba de fuego: ¿funcionará el navegador que traemos de España? ¡¡¡ Si que funciona!!!. Menos mal.
Salimos del Aeropuerto y nos ponemos en manos de la china del navegador. Todo transcurre sin problemas. En un pis-pas aprendo que en los cruces, los semáforos están situados detrás del mismo. Joder... ¡qué susto!
Localizamos el Hotel Baldwin y dejamos el coche en un parking que hay justo al lado no sin antes meternos a contramano por una calle. Segundo susto...
El Hotel Balwin es algo viejo pero limpio y sobre todo con una situación excelente: a cinco minutos andando de Union Square, el centro de la ciudad.
Buscamos algún sitio para cenar por los alrededores pero, agotados como estamos del viaje, optamos por comprar un par de sandwiches y comerlos en la habitación del hotel. Y a descansar que mañana tenemos visita de la ciudad.
A las nueve nos pasan a recoger. Hemos contratado un tour para que nos enseñen San Francisco. Después de la paliza del viaje de ayer no nos apetece conducir. Mejor que nos lleven.
El coche es una van grande y al final vamos nueve personas. El conductor explica las cosas en inglés y algo en el poco español que sabe. Visitamos el centro de la ciudad, Chinatown, las Painted Ladies, Twin Peaks etc... y perdemos lastimosamente una hora del tour al tener que ir a las oficinas de la empresa a recoger los bonos del Ferry de Sausalito y de la visita a Alcatraz.
Atravesamos el Golden Gate y el conductor nos deja en Sausalito para que desde allí regresemos en ferry a San Francisco y empalmemos con la vista a Alcatraz.
Sausalito no nos gustó mucho, la verdad. Muchas tiendas de recuerdos, bastante calor y sobre todo: no conseguimos localizar las famosas casa flotantes.
El ferry para San Francisco de atrasa más de media hora (cosa rara-rara en USA) y tememos que no vamos a llegar a tiempo a coger el otro ferry que nos llevará a Alcatraz. Por los pelos lo cogimos...Dos minutos más y nos quedamos en tierra.
La visita a Alcatraz resultó muy interesante. Parece mentira que lo que en su día fue la prisión mas famosa de USA hoy sea un Parque Nacional, con sus Rangers y todo.
Cuando llegas te dan una audioguía en tu idioma y con ella recorres toda la prisión escuchando las explicaciones y a veces la voces de algún alcaide o de algún preso. Impresiona...
Cuando regresamos a San Francisco el ferry nos deja en los muelles y nos decidimos a dar una vuelta por el Fisherman’s Wharf y el famoso Pier 39 donde esperamos ver a los leones marinos.
Aquello son los antiguos muelles de los pescadores que los han convertido en un centro comercial: muchas tiendas de recuerdos, restaurantes y sobre todo gente, mucha gente paseando. Y los leones marinos están en su sitio, como Dios manda...
Como ya casi es la hora de la cena (las siete de la tarde), nos acercamos a Boudin, una panadería en la que se trabaja a la vista de todo el mundo, y en su restaurante nos compramos un bollo de pan relleno de una sopa espesa de cangrejo, una de las especialidades de allí. Oye..., estaba bueno.
En general Fisherman’s Wharf no nos hizo mucha gracia. Hay que verlo, eso si, pero es que a la sombra de aquello ya hay demasiadas tiendas por los alrededores.
Un taxi, que nos lleva a toda mecha por las cuestas de San Francisco, nos acerca al hotel y a dormir, que con esto del jet lag estamos como algo confusos con las horas de sueño.
Hoy toca shopping, así que desayunamos junto al hotel y en cinco minutos estamos en Union Square, donde se concentran casi todas las tiendas.
Primera parada en una tienda de cámaras de fotos y primera decepción: parece que ya no merece la pena en relación con los precios que se manejan en España. Así que dejamos este apartado para ver si a lo largo de nuestro viaje encontramos mejores precios.
Ya el resto de la mañana fue un deambular de tienda en tienda. A medio día, camino del hotel, nos encontramos el restaurante Cathay House, muy famoso en San Francisco y entramos a almorzar. No nos gustó ni la comida ni el servicio. Un pequeño descanso en el hotel y nos vamos a ver Chinatown. Nada de nada, no merece la pena: aquello es como las tiendas chinas de España que ya conocemos de sobra. Así que otra vez enfilamos hacia Union Square donde seguimos mirando tiendas hasta la hora de cierre. Buena paliza...
Creado por Juan Campllonch