SAHAKUAK 2009
Día 6 de abril: Ait Ben
Haddou-Lago Iriki
Hoy es la etapa
reina: llegaremos al desierto. La idea es visitar la kashba, dirigirnos hacia
el lago Iriki, atravesarlo, pasar los ríos de arena y dormir en las dunas de
Cheegaga.
Primera aventura del
día: el río que cruza frente a la kashba tiene bastante agua y la única forma
de pasar es a lomos de un burro. Dicho y hecho: lo pasamos a lomos de burros,
algunos con más miedo que otros debido a la endeblez de algunos de estos
animales. Pero nadie se fue al agua que era lo importante.
Tras la visita de la
kashba, Alfonso “Pato Bullita” nos comenta que sabe cómo cruzar el río en
coche, así que lo seguimos y nos hicimos una foto frente a la inmensa
fortaleza.
Enfilamos hacia Foum
Gduiz y desde allí, tras un alto para comer bajo una acacia, llegamos al lago
Iriki.
Ya en Foum Gduiz nos
habían comentado que el lago Iriki estaba inundado a causa de las lluvias que
habían caído últimamente, pero muchas veces oyes decir cosas que suenan a
tonterías. A poco de tomar contacto con el lago, Pato Trasto y Pato Bullita
que van los primeros toman una ruta que bordea el lago. El resto seguimos la
ruta trazada y comprobamos que algunas zonas están húmedas, muy húmedas
incluso. Pato Saharaui que va el primero de este grupo avisa por las radio
que se ha quedado clavado en barro. Nos acercamos con cuidado y ¡leñes! es
verdad: está hundido hasta las trancas. Bueno... hasta las alas, que es un
pato.
Desde allí podemos
ver un espectáculo inusual: el lago Iriki con agua, con mucha agua.
Unas planchas y un
empujón hacen que en coche embarrancado salga a la primera.
Tal y como están las
cosas optamos por acercarnos al borde del lago donde nos esperan Pato Trasto
y Pato Bullita, que nos han informado que esa zona está bastante seca.
Reagrupados todos
enfilamos hacia la salida del lago para llegar a los ríos de arena. De camino
hacemos un alto en un albergue ( por llamarlo de alguna manera) que han hecho
en medio del lago Iriki. Desde allí el empleado llama por el móvil (¡¡¡¡¡ hay
cobertura!!!!!!) y aparece el encargado a los dos minutos que resulta ser
conocido de Antonio, Alfonso y Jesús en un anterior viaje.
Total, que el hombre
nos informan que los ríos de arena están impracticables a causa del agua.
Viendo que ya es casi de noche y llevamos niños decidimos no arriesgar y nos
metimos en unas dunas que están a unos 4 kms del albergue
Montamos las tiendas
y el campamento y nos preparamos para pasar la noche en el desierto.
Encendimos una barbacoa en la que asamos panceta, morcilla y choricitos que
traíamos de España. Todo eso acompañado de otros embutidos, conservas etc. Y
regados con abundante vino.
Ya a los postres
llega el encargado del albergue, hace una hoguera y nos prepara un té. Sigue
la noche de coña con abundante libaciones de “agua de fuego” y otros licores.
Sevillanas, canciones de la tuna, tan-tan berebere etc.., todo en una noche
de luna llena. Este año, en atención a que viajaban niños con nosotros, no
hubo representación de la famosa “Jota de Mon”, ya que no era cuestión de
escandalizar a las criaturas con el alto contenido erótico de tan bonita
canción aragonesa.
Pues que no me
acuerdo a qué hora nos acostamos...., solo se que no vi el amanecer en el
desierto.
Mierda..., se me ha
pinchado una rueda.
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