Barranco “Erótico Festivo” Fornicar… ¿O era Fornocal?
Empieza a amanecer cuando suena el despertador, Zuper Patxi se levanta vigorosamente (vamos, a rastras) y uppppps! Falsa alarma, es el despertador del curro, que no lo ha quitado (abucheos varios) y ¡¡¡ale, chicos!!! a sobar otra horita…
Son las 7:30 y suena el despertador de nuevo ¡Ahora si! Todos arriba y tras un contundente desayuno, especialmente para Zuper Patxi y “su harén” que se habían acostado sin cenar, nos ponemos en marcha, preparamos equipos, montamos en los coches y nos ponemos rumbo al punto de reunión con nuestro “Cicerone” Felix “El Indígena” que aunque a priori no estaba seguro, finalmente tuvimos la suerte de contar con el durante toda nuestra escapada. Llegamos al punto de reunión y allí nos están esperando puntuales Félix con Beatriz, Maica y Pedro, unos amigos de Zaragoza.
Tras presentaciones y una breve explicación de adonde nos dirigimos, nos ponemos en marcha y en poco rato estamos en el punto de salida del barranco (es lo bueno de Guara, tenemos todos nuestros objetivos en un radio de 20 km en coche), donde dejaremos un coche para luego poder recuperar los demás coches. Desde aquí damos un primer vistazo al barranco desde lo alto del puente y todos coincidimos es, en dos palabras IM PREZIONANTE, la profundidad del barranco desde el puente es espectacular y su morfología no lo es menos. Nuestras sonrisas se desdibujan levemente cuando Feliz nos señala por donde tendremos que salir ¡Vaya trepada! Pero bueno, estamos deseando empezar.
Tras 10 minutillos más de coche llegamos a una curva de izquierdas muy pronunciada (como casi todas) y una pista forestal sale a nuestra derecha con un cartel de “camino cortado” Dejamos los coches a la entrada, cargamos nuestras mochilas y tras alguna broma, empezamos nuestra caminata.
La aproximación nos lleva alrededor de una hora. La primera parte discurre mientras subimos por una pista forestal el buen estado, al principio rodeada por árboles y luego continuando de forma más abierta. Desde la pista tenemos unas vistas increíbles de algunos de los cañones que hay en las proximidades, todos con una morfología muy característica de la erosión del conglomerado del que están hechos principalmente. Al llegar a la primera bifurcación tiramos a la derecha y seguimos caminando hasta que la pista empieza a bajar, llegados a un cruce, en esta caso tomamos el camino de la izquierda (mas ancho) que en unos minutos nos deja en el lecho de río.
A priori no parece gran cosa, un estrecho hilillo de agua y una zona algo fangosa parecen querer despistarnos. Empezamos a andar haciendo malabares para no mojarnos ya que hace calor y la mayoría aun no nos hemos puesto el neopreno progresamos unos minutos por una zona de pozas de poca profundidad y sin darnos cuenta y tras un pequeño destrepe “a cubierto” el barranco se cierra bruscamente y nos plantamos en el primer rapel, echamos un vistazo y hay agua abajo, así que, a vestirse de romanos y abajo!!!
A partir de aquí el barranco continua encajado entre enormes paredones y es un no parar de rápeles, destrepes, pasos estrechos y en oposición y más y más agua, que hacen nuestras delicias. Fotos y más fotos, bromas y continuos comentarios sobre lo espectacular y disfrutón que es el barranco hacen que ni nos enteremos del tiempo y sin darnos cuenta lleguemos por fin a una zona donde el barranco pierde verticalidad (que no profundidad) y se abre un poco, llegados a este punto toca una paradita para recomponerse y recuperar fuerzas.
Una vez repuestos continuamos la marcha, pos el aspecto del barranco nos da la sensación de que ya queda nos poco y lo bueno se ha acabado, pero no podemos estar más equivocados: después de una corta progresión y algún que otro salto “al agua” en plan “Pepito Piscinas” el barranco vuelve a encajonarse y ganar verticalidad y nos regala otra sucesión de rapeles, toboganes, destrepes y pozas entre unas formaciones espectaculares que vuelven a hacernos disfrutar como niños.
Finalmente el barranco se vuelve a abrir y tras progresar un poco más llegamos bajo el puente a la salida. La vista del puente desde abajo es tan espectacular como desde arriba, impresiona su altura. Aquí nos quitamos y enjuagamos el disfraz y tras una breve pero intensa trepada salimos por la margen orográfica derecha justo enfrente del coche que hemos dejado.
Tras vestirnos y recuperar los coches y recoger al resto de la peña, nos vamos a Alquezar a reponer el nivel de lúpulo en nuestros cuerpecitos. Los comentarios son unánimes: el barranco ha sido espectacular. Gracias Felix has acertado de pleno.
Todos coincidimos también en que a nuestra “Perdia” nos la han cambiao, nuestro “Clon” se ha dado a la bebida y ¡hasta posa en las fotos y todo! Jejejeje… Todos coincidimos también en que esta nos gusta mas que la otra, que debe estar en Gredos. Un paseito por Alquezar a buscar “El Estanco” para comprar algunas provisiones e intentar encontrar unas botas para Antonio, que sus Five-Ten han muerto definitivamente en el barranco, cosa que no conseguimos, suerte que llevaba un par como calzado de aproximación y se apañará para el resto de los días con ellas.
Despedidas de nuestros amigos y vuelta al Cuartel General donde tras una duchita reparadora de CASI todos, nos esperaba una paella para cenar que nos sabría a gloria y tras una breve sobremesa AL SOBRE que mañana hay más.
Crónica de Paco García
Comentarios:
Cris
Pues sé que una vez terminado comenté que aunque tuviera que regresar a granada al dia siguiente, pues que ya me habia merecido la pena con ese barranco, pero lo cierto es que despues de hacer el de la cueva del cabrito ya no me acordaba de nada del fornocal, bueno, del pedazo de puente sobre el barranco de las gargantas.
Juan Campllonch
Un barranco divertido, juguetón y sin complicaciones. A eso hay que añadirle unos paisajes increíblemente bonitos. Aproximación de media horita en bajada y salida inmediata.
Un acierto pleno como barranco para el primer día de barranqueo
MªA
Fue una gran elección comenzar por este barranco, ya que de los tres barrancos que hicimos es el de menor dificultad, lo que sirvió para ir entrando en faena. Es un barranco muy bonito y divertido, al menos yo me lo pasé como una enana, con tanto rapel, destrepe, pozas… arrastrando el trasero por todos lados que es lo que mejor se me da (así está el pobre arnés).
Creado por Juan Campllonch