Este barranco está emplazado en la carretera que discurre desde Bierge (donde estábamos hospedados) y Rodellar. En el Km 8, y hacia la derecha, hay una encina característica (normalmente con coches) que indica donde debemos empezar. Allí le llaman a ese árbol una “carrasca” característica.
Es un barranco normalmente seco, y puede tener aguas podridas, así que se aconseja hacerla tras lluvias recientes. Está compuesto de roca conglomerado, y eso le da una apariencia de barranco marciano, estrecho, sinuoso, muy excavado, con profundas cuevas y, en ocasiones, oscuros pasajes. También es cierto que vas bajando con la mitad de tu cuerpo metido en el barranco, y la otra mitad fuera de él..
Es casi un milagro que con ese tipo de piedra hayan hecho instalaciones con spits y con parabolts. Por un lado me da más confianza ver que ese tipo de instalaciones aguantan en una simple piedra o en una arena mal cementada.
De destacar que hay que tener mucho cuidado con él, ya que te raspas con la mínima. Así que nos vimos obligados a ponernos el traje de neopreno completo. Además, hay que tener mucho cuidado con los roces de las cuerdas porque este tipo de roca las degrada muy rápidamente
La progresión se hace magnifica por una serie de estrechos en las que estás peleando por pasar el culete cada dos por tres. En ocasiones, te vas dejando los brazos atrás, y los recupera cuando pasas el tronco. Hay momentos en los que no puedes bajar directamente, y has de hacer oposición por la pared y bajar con bastante habilidad para evitar los estrechos. En muchas ocasiones debes llevar la mochila por delante. Total, que posee angostos y pasillos muy sinuosos y estrechos no apto para tallas grandes
Luego llegas a un par de zona de estrechos oscuros donde te quedas alucinado con una cascada (seca) que forma una hélice, única en su género.
El final es espectacular. Una inmensa cueva con un caos de piedras maravilloso que culmina con una “raja” en el mismísimo Río de Balcés. Te parece imposible que hayas podido pasar a través cuando lo ves mirando hacia atrás, por donde has salido
Desde allí, y a cinco minutos río arriba se inicia un retorno por la parte orográfica derecha del río por una loma divisoria entre dos barrancos, que te deja de nuevo en el coche por senderos claramente marcados pasando por un bosquete de madroños y sabinas precioso.
Comentarios
Paco García
Si hay una palabra que puede definir a este barranco “marciano” tan diferente por su apariencia a todo lo que habíamos hecho hasta ahora, es “ESTRECHO”.
Un barranco curioso en su cabecera, ese “desierto en V” de conglomerado terminando en una estrecha grieta, esos oscuros que como nuestra compi MA definió como “de obra” por su sensación de estar hechos adrede que craban esos juegos de luces y esas formaciones espectaculares, esa salida casi de una cueva directa al cauce de otro cañón… todo muy “nuevo” para nosotros, pero sobre todo, esas zonas de estrechos que nos obligaban una y otra vez a quitarnos las mochilas constantemente o a pasarlas en oposición a 2 o 3 m del agua algunas veces y con medio cuerpo literalmente “fuera del barranco”.
En resumen un barranco curioso y sobre todo diferente, pero con mucho encanto aun a pesar de no llevar mucha agua. Importante por su emplazamiento y morfología hacerlo después de las lluvias ya que no hay agua corriente y la que queda acaba evaporándose o pudriéndose.
La aproximación muy cómoda y el retorno, aun con la primera parte bastante empinada, muy asequible; eso si, duro el hacer toda la loma a pleno sol sin apenas sombra donde resguardarse. Importante llevar agua en abundancia pues se pasa bastante calor todo el tiempo.
Para mi gusto, otro acierto en la diana de Félix recomendándonos el hacerlo.
Juan Campllonch
Un barranco de conglomerado, el primero que hago en este material. Es un barranco extraño, marciano, algo insólito porque el verde brilla por su ausencia. Una vez entras te das cuenta de lo estrecho que puede llegar a ser una barranco. Es como el Gorgonchón pero en largo y sin agua. Los oscuros son espectaculares y los rappeles en espiral del final del barranco los primeros que he visto. No apto para “rellenitos/as” por su estrechez.
MªA
Este barranco si que es extraño, se encuentra en medio de un desierto, algo que me asombró enormemente ya que pensaba que en Guara todo era verde. A demás las paredes parecen de hormigón, como si estuviésemos en los cimientos de una obra. Estrecho, estrecho, pero estrecho, uf!... Pero me gustó, aunque terminé con los codos y las rodillas llenos de “moraos” de tanta oposición en pared tan rugosa. Lo mejor el final: sale a un río de agua cristalina donde me di un buen chapuzón para quitarme el calor, porque se pasa bastante calor.
Creado por Juan Campllonch