(19 DE NOVIEMBRE DE 2016)
Se preveía un día magnifico para hacer una de las rutas más bonitas de la provincia de Cádiz: la Crestería. Pero ante la imposibilidad de conseguir un permiso ( en la provincia de Cádiz hay que pedir permiso hasta para orinar en el campo) nos decidimos por una sencilla y bonita ruta: el Pico Albarracín.
Quedamos como es habitual en La Ventolera y tras desayunar enfilamos los coches hacia la Sierra de Grazalema.
Aparcamos y cuando estamos a punto de partir se acerca una chica alemana a pedirnos que le recomendáramos alguna ruta para hacerla con su pareja. Se quedó muy sorprendida de que para hacer algunas rutas fuera necesario pedir permiso y más aun cuando le dijimos que había cupos restringidos para hacerlas. En fin, esto es Andalucía, tierra de cortijos. Así ha sido, así es y así será hasta que los señoritos que nos gobiernan se convenzan de que al campo (salvo excepciones muy contadas) no se le puede poner vallas. Vallas que son inexistentes para ellos y sus amigos, claro... Miren hacia el norte, pasado Despeñaperros, señoritos de la Junta de Andalucía. ¿en qué sitios se exigen permisos y se ponen cupos para hacer senderismo? En ninguno por supuesto.
Hecha la crítica, entramos en la crónica. La ruta, afortunadamente, es sencilla y corta. Apenas once kilómetros y algo más de 600 metros de desnivel acumulado. Se agradece a comienzos de temporada. Ya tendremos tiempo más adelante para hacer cosas más duras.
Cuando llegamos a la base del Pico Albarracín nos desviamos, antes de subir a él, siguiendo un track que hemos bajado de Wikirutas. Es un desvío de ida y vuelta. Será que hay algo interesante. Jopéééé, nada de nada. Una hora tonta de pateo. Se ve que el que hizo la ruta no limpió en track.
Vuelta y ascenso duro y resbaladizo hasta el pico. Unas cuantas fotos en lo más alto, unos bocatas y descendemos. En lugar de volver por el mismo camino, optamos por seguir el track haciendo una ruta circular que, al menos a mi, se hizo algo pesada y aburrida.
Tras cinco horas y media de pateo llegamos a los coches. Una paradita a tomar a café en Arcos de la Frontera y a casita.
En definitiva: una fácil pero bonita ruta con un tiempo excelente para pasear por el campo en compañía de los amigos.
Creado por Juan Campllonch