Nocturno

Después de un par de años de haberlo comentado por primera vez, nos decidimos a hacer el Río Verde de noche.

Quedamos en la gasolinera de Campsa a las 19'00 h. Los que venían de Sevilla se atrasaron y no llegamos a la Fuente de las Cabrerizas hasta pasadas las 20'30 h. Total, que nos vestimos a oscuras. Todos pensamos que el agua estaría fría y nos pusimos el equipo lo más completo posible. Ya es la segunda quincena de septiembre, y las temperaturas han bajado.

Hay luna nueva y cuando nos metemos en el barranco es noche cerrada. Llegamos al primer rappel y comprobamos tanto los que saltan como los que optan por rappelar (la mayoría) que esto es del barranqueo nocturno es muy distinto a hacerlo de día. Y eso que todos hemos hecho este barranco varias veces y nos lo conocemos perfectamente. No obstante, superamos la primera dificultad sin problema alguno. De forma accidental Nani se da un puntazo en una pierna con una navaja que llevaba colgando. Nada importante.

Primera sorpresa: el agua está templada y la temperatura exterior es muy agradable. Continuamos la progresión y empezamos a notar calor, bastante calor. Y es que vamos forrados de ropa. Primer salto de todos y tenemos una sensación difícil de explicar: eso de saltar a un agua de color negro te da un "yuyu" que no veas.

Cada vez hace más calor. Y además algunos insectos acuden a las luces de los frontales con lo que la progresión por el río en algunos momentos se hace pesada.

Alguien tiene una idea genial: apagar todos los frontales y nadar por el río mirando las estrellas. Joder, increíble la sensación. Y además es una noche sin luna y el cielo está plagado de estrellas.

Llegamos al gran tobogán y nadie lo rappela. Algún que otro codazo contra la pared pero nada serio salvo JJ que va sin chaqueta y se hace un buen raspón. Los primeros que bajamos vemos divertidos como la gente baja lanzada por el tobogán con el frontal encendido.

Tras pasar el segundo tobogán llegamos al final: el rappel de la cascada doble. Los que vamos pasando nos quedamos en el agua con los frontales apagados viendo al que bajaba iluminanando las cascada solo con su frontal. Otra sensación increíble: sombras y contraluces se forman en la gran cascada.

Hemos tardado dos horas y tres cuartos en hacer el descenso, un tiempo prácticamente igual al que se echa de día. Comemos y bebemos algo y vuelta a los coches.

Fernando, Borja y JJ van al día siguiente al Trevelez y tienen poco tiempo para descansar. Los demás a Granada a dormir en un hotel.